Paso mientras rascaba las costumbres, bebía mis ideas, besaba las botellas, seducía a la ironía, y contemplaba a lo inevitable. Golpeado por el capricho, la tentación, y la abnegación, traicionado por el sentimiento, la sencillez, el silencio, y la dulzura. No dude en babear tus oídos, morder tus manos, y lamer tus mejillas, haciéndole cosquillas a las sombras, mientras esos aretes de aritos me hacían ojitos, esos aretes que seducían sin palabras, esos aretes que seducían de una manera sencilla y sutil, aquellos aretes que me invitaron a volar un rato. Caída e irrumpida mi mente por la tentación, me fui acercando a esos oídos seductores mientras mi estomago intentaba comunicarse y traerme de vuelta, mientras mis piernas intentaban correr mientras estaban temblorosas, mientras mis manos querían ahorcar y acabar con la amenaza, mientras acariciaban los lunares de la banca, y mi boca morder aquellos oídos que fueron más seductores que besar botellas…
…corrompido por las cosquillas, traicionado por el sentimiento, golpeado por la tentación, ¡afligido por un arete¡ silenciado por el silencio mismo, mordiendo aquellos oídos que fueron más seductores que besar botellas.
Paso mientras rascaba las costumbres, bebía mis ideas, besaba las botellas, mordisqueaba mis principios, seducía a la ironía, babeaba la tentación y contemplaba a lo inevitable y a un tentador arete…
…corrompido por las cosquillas, traicionado por el sentimiento, golpeado por la tentación, ¡afligido por un arete¡ silenciado por el silencio mismo, mordiendo aquellos oídos que fueron más seductores que besar botellas.
Paso mientras rascaba las costumbres, bebía mis ideas, besaba las botellas, mordisqueaba mis principios, seducía a la ironía, babeaba la tentación y contemplaba a lo inevitable y a un tentador arete…
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