martes, 13 de noviembre de 2012

"Punto y seguido" por Alejandro Matías Aznar Sarmiento


Estas líneas las escribí especialmente para usted
son  un texto clandestino para el sexo femenino
que es el azúcar y la sal, que es un rosal lleno de espinos
para usted que lee estos dichos por caprichos del destino

Estas líneas no tienen medida, durarán lo que usted quiera
duran una vida o un instante cualquiera; son un secreto o son un grito
son un recuerdo de lo que no se ha escrito; y en conjunto, de alguna manera
usted les pone el punto que prefiera, o las vuelve algo infinito

Póngales un punto y coma, en mi mesa, sin pan ni vino
póngales un punto y aparte, un lugar para mí en su destino
póngales un punto y seguido, nos estaremos encontrando aquí por años
el punto es celebrar que hoy coincidimos, siendo solamente dos extraños

A mí que no escribo, que me asusta redactar y en público no sé leer
el punto que más me gusta es un lunar, junto a una boca de mujer
los puntos suspensivos que dejan, cuando se alejan, sin voltearte a ver
los puntos de cruz de una falda, los puntos neurálgicos de una espalda

El punto para partido, el punto gradual del olvido ó el punto de debate
el punto fino, el punto elegante
y el punto al que le sigue esa letra consonante
los puntos clave de una gris madrugada, los puntos que lleva una cicatriz cerrada

El punto que aparece en el horizonte, cuando alguien se va o viene a lo lejos
el punto de vista que tienen los niños y que tienen los viejos
el punto para pasar el examen, el punto de ebullición de la mujer 
el punto específico; y la noche, que es el punto final del atardecer

Prefiero un punto de encuentro, un punto de apoyo, un punto de acceso,
y en un punto ciego un reflejo y en un punto débil un beso
por eso estas líneas no tienen punto final, aborrezco las despedidas
prefiero que sea un punto cardinal, y que este punto final, sea solo un punto de partida

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