Sarai Marban
Acostumbraba a cortar las más hermosas flores del jardín, y decorar mi cabello. Imaginando que caminaba por el arcoíris.
Acostumbraba pasearme por los callejones iluminados de la ciudad, con la mirada perdida, o a veces mirando mis pies dando sus pasos en el suelo.
Pequeños fragmentos de mi alma, avanzaban despacio por iluminadas sonrisas. Callabas con besos mis pensamientos. A si tu esencia recorría las avenidas de un corazón intacto.
Una belleza emanaba de tu mirada. Acostumbraba observar tus labios, y cada movimiento que gesticulabas. Abrasaba con mi mirada tu cuerpo completo. Mi subconsciente soñaba mientras yo no dejaba de observar todo tu resplandeciente rostro, y mis sueños comenzaban a volverse realidad…Cuando menos me lo espere. Acostumbraba a perderme por las calles, y conocer nuevos lugares, yo nunca daba los “buenos días”, no conocía a nadie y no me interesaba conocer a alguien.
Me aislé de la vida cotidiana, buscando ahora un nuevo horizonte, esa pequeña chispa que me hiciera perder la conciencia. Pero sabía que me arriesgaría…ahora entiendo que somos tan imprudentes. Acostumbraba a escuchar tu voz por las noches, siempre que llegaba de la escuela.
Pensaba mucho en el tatuaje que plasmare en mi piel… Algo sencillo, pero con un gran significado. Me tatuaría una caricia tuya si se pudiera…A si como fueron tatuadas en mi alma. Ahora todo me recuerda a ti, es como si hubiese sido un plan que ideaste. Adueñándote de todo para que jamás te olvidara.
Obsequiándome a la Luna como aquella noche cuando nuestras voces se unieron…Y se hundieron en un TE QUIERO, mientras nuestros ojos miraban la Luna de Octubre. Y ahora…No quiero acostumbrarme a recordarte todo el tiempo. No quiero acostumbrarme a extrañar tu piel y tus besos.
Porque pensarte ha sido ahora parte de mi rutina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario