Si la honestidad vistiera con palabras, ¿podríamos decir que tu eres la verdad en sí?, parcialmente las palabras
recobrarían su sentido diciendo que todos los seres habitantes en esta madre
tierra tienen el sentido justo de la honestidad y la verdad, pero esta verdad
caería al abismo incierto cuando tu boca habla de más, callando cosas que tu
mente sabe que no se dirán y olvidando cosas que no encajarán; lo único que se
dice es la racionalidad y la absurda palabra, la palabra sin aliento y letras con
absurda apatía.
El nombre lo lleva tu espalda cargada
de ladrillos y culpas, de una fuente brutalmente enmudecida con la amenaza de
tu labor y del empeño automático que
ciega las cenizas de tu orgullo, cierra las puertas a un mundo abierto de par
en par, para no querer ver, para no querer observar el detalle de la sociedad,
la brutees de la irracionalidad a prueba de balas, a prueba de revoluciones,
están a prueba de aires que te alejan del arte de imaginar, pensar por uno
mismo, eso no les conviene, tienen un botón de emergencia contra el
individualismo, lo activan y el desastre se encamina a la posesión del dios de
cada mismo.
El hambre desgarra sus estómagos, el hambre de
falta de amor, la sed que revienta en su vejiga en forma de poder, de ese poder
enfermizo que muerde con los colmillos de navaja e hincha e hincha ese ego
hasta que explota en forma de lluvia ácida atragantándote por los pulmones. ¿Es
necesario ahogar y matar con una sarta de palabras que hablan escoria?, ¿es
suficiente tu ironía de presidente y tu sonrisa que se abre con el humor negro
del juego que juegan con cada cabeza? Se agoniza lentamente viendo pisar y
azotar, haciendo volar, haciendo estallar con detonadores del tamaño de
edificios, rompiendo el mundo en mil pedazos, rompiendo cada familia, cada
esperanza, cada sueño, destruyendo a cada niño que se incubo en el camino.
Los animales no te celan y te huyen, ¿por qué?,
porque no tienen balas ni cañones que suenen con cada paso turbulento de su
corazón, que pide a gritos respeto, solo piden una tierra madre que sea madre y
nada más. Que cada gota de sangre que se riega es por tu brillante idea que has
tenido para destruir, solo destruir, solo destrucción al paso de tus tanques y
tus botas de metal; cada espacio, cada tiempo que se preguntará porqué al final
de la última oportunidad, será una pregunta y otra más que darán vueltas a tu
cabeza del grito del porqué, porqué?
Lucifer lo deseó y lo deseó y se araño
con colmillos y garras para jamás soltarlo que nadie le quitara su preciado
tesoro terrenal; el ser mas amoroso y compasivo que existe y subexiste en
alguna infinita dimensión, en algún infinito universo en algún jardín zen que
mora en cada ser, lo desató, lo libero y lo amó, porque tu si eres semejanza lo
ciegas, lo enmudeces y lo agredes, porqué tu si eres brillante y hermoso como
el canto del ruiseñor, porque tu ser tan esplendido y grande, por qué, por qué
no amas?...
Face del Autor:
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