miércoles, 2 de octubre de 2013

Azur

Helios Bertin Paredes 


Así, todita tú, delgada y frenética, más frenética
 que delgada, te quiero
 poco pero también en tú delgadez
 a pesar de tú paranoia femenina, te quiero
 porque con tus cachetes mestizos
 y tú mirada penetrante, sincera e imperante,
no necesariamente dócil y cautiva no necesariamente
dulce, no muy dulce aclaro, te quiero.


A oscuras te olvido y con el claro te recuerdo,
 porque adicto no soy por ti, sino adicto de ti, soy
 de ti, y del azur oscuro con que vistes.

Y no hace falta que lo repita una y otra vez
 pero entiéndelo por ti misma,
que la hecatombe de sueños despiden en mí
soledades en cada noche que paso.

Puedes tomar del cielo aquellos viajes siderales
 de esos que evitas con vértigo invernal
buscando eludir así, el compromiso y el lujo emocional.

Y es que, cuando rozo tu piel con mis yemas
leo tú silencio, no muy puro ni sincero,
 no muy a gusto lo siento,
 pero siendo poco lo que gusto es lo que de pie me mantiene junto a ti,
viéndote más por la ventana, más por la esperanza,
 y más por lo pocos pasos que he de dar en busca
de toda tú.

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